lunes, 6 de marzo de 2023

 

DE LA RELIGIÓN A LA ESPIRITUALIDAD

 

Presentación

 

“De la religión a la espiritualidad”. Así podríamos titular la crisis axiológica que estamos viviendo en las sociedades actuales, sobre todo las occidentales, la crisis como tal, así como la posibilidad de su superación.

 

La crisis axiológica, manifestada principalmente en la crisis de la religión aunque no exclusivamente, es inédita y la más grave que estamos sufriendo los seres humanos, ya que lo que en la misma está en juego es ni más ni menos nuestra supervivencia, y desde luego nuestra realización como seres humanos y como sociedades.

 

Como seres humanos tenemos que vivir la sociedad orientados, conducidos y guiados por valores, construidos y articulados como un proyecto axiológico colectivo. No puede ser de otra manera. Así somos los seres humanos antropológicamente hablando. La diferencia está en que en el pasado, incluida la sociedad industrial, fue el conocimiento en función de la vida el que nos proporcionó esos valores, porque fue siempre valórico, y en la actualidad, en la sociedad de información o conocimiento, ya no es así, nuestro conocimiento funcional a la vida, gracias al cual vivimos, de naturaleza fundamentalmente científica y tecnológica, ya no es axiológico. Y sin valores, sin proyecto axiológico colectivo, no podemos vivir.

 

En el pasado la religión se desempeñó como proyecto axiológico colectivo de las sociedades, desde los colectivos cazadores-recolectores, hasta, y ello en parte, las sociedades de la primera revolución industrial. Incluso en estas, las primeras en que la sociedad comenzó a autonomizarse de la religión, a la religión se le reconoció todavía un papel importante en ciertos dominios, como en la moral ciudadana e individual, familia, educación, sexualidad, restos todavía del proyecto axiológico colectivo religioso pasado. Pero actualmente ya no es así. Con la excepción de intentos contados de formar repúblicas islámicas, esto es, bajo la forma de un proyecto axiológico religioso, ya ninguna sociedad actual vive bajo un tal proyecto. El intento de hacerlo constituiría un fracaso.

 

Esta es la primera crisis axiológica que comenzó a sufrir la religión con la industrialización y la generalización de esta como forma de vida, pero no la única. Hay otras crisis en marcha. Con la sociedad de información o conocimiento, es decir, con un conocimiento no axiológico como base de la nueva forma de vida, la religión ha perdido no sólo relevancia sino pertinencia. Más aun, la religión como conocimiento y fuente de valores pretendidamente específicos ha perdido su especificidad. Su conocimiento ya no es específico, está tomado de otras fuentes, especialmente de cierta visión del mundo, del ser humano y de una ética, ya no es creíble como religioso y por tanto no es de recibo. En consecuencia, ha entrado en una gran crisis. En el mejor de los casos su conocimiento es simbólico y como simbólico apuntando a una realidad no conocible ni conceptualizable. El conocimiento que dice serle propio, específico, pertinente, no lo es.

 

¿Habrá un conocimiento verdaderamente no dual, experiencial, de eso que las religiones teístas llaman Dios, pero que en realidad es inconceptualizable, la realidad absoluta, gratuita, total, sin otro además de él, realización total del ser humano, sin que en la misma se pueda hablar, porque hablar así no tiene sentido, de causa y proceso, de revelación por parte de Dios, de plan y proyecto de este para la humanidad? ¿Habrá esa realidad Realidad, absoluta, total, y humana, solo humana, como en su campo es el arte?

 

Esa dimensión existe, está presente en toda realidad, es la única que realiza plenamente al ser humano porque él mismo no es otro que esa realidad, y en una sociedad como es la de información y conocimiento se necesita cultivarla de manera significativa, esto es, de manera que pueda orientar las culturas humanas hacia una supervivencia digna del ser humano y de la sociedad. Existe esa dimensión y el ser humano actual la necesita. Propiamente hablando ella no es axiológica, pero es de su existencia en el ser humano que brota la axiología.

 

Cuando conocemos la realidad los seres humanos estamos teniendo, aun sin ser conscientes de ello, un doble acceso a la realidad, a la realidad en relación con nuestra vida, con el significado y valor que tiene para nosotros, y a la realidad en sí misma considerada, sin relación a nada más, dimensión de la que hablamos. Un epistemólogo de la axiología, Marià Corbí, llama a la primera dimensión relativa y a la segunda dimensión absoluta. Siempre que conocemos algo y lo conocemos en términos de significado estamos conociendo que el significado no es la realidad, que esta es mucho más amplia, infinita. Siempre que conocemos tenemos pues acceso a ambas dimensiones.

 

En su interdependencia ambas constituyen «nuestra cualidad específica humana» o «nuestro núcleo antropológico», como dice Corbi. La primera dimensión vivida de la manera más absoluta dio origen a la religión, culmen axiológico de ella, que entró en crisis cuando la realidad dejó de tener el valor referencial, sacramental, si se quiere religioso, que tuvo hacia lo absoluto. La segunda dio origen a la espiritualidad, que no necesita ser religiosa, y de hecho no lo es, sino gratuita, absoluta, total. De esta manera hoy la religión le queda corta al hombre y mujer modernos actuales para expresar la dimensión absoluta y hallar en ella su realización plena, es demasiado relativa, interesada. Solo la espiritualidad es garantía de realización plena, porque solo ella lo es.

 

El mismo epistemólogo citado anteriormente hablando de manera valórica considera y llama a la dimensión relativa cualidad humana y a la dimensión absoluta cualidad humana profunda, enfatizando así la naturaleza humana laica, no religiosa, de ambas. ¿Existirá, nos preguntábamos antes, esa Realidad que las religiones llamaron Dios, total, absoluta, pero humana, que constituya la realización humana plena y a cuya luz podamos construir el proyecto axiológico colectivo que necesitamos, verdaderamente axiológico y humano? Sí, la hay, y tenemos que estar abiertos y ser sensibles a ella para ser hombres y mujeres de cualidad humana y construir una sociedad humana en consecuencia. La religión está en crisis, pero su superación es posible, no solo posible sino deseable.

 

Aquí se trató de presentar problema y tema, que seguiremos abordando en entregas sucesivas, cortas de extensión, pero con el rigor que problema y tema requieren.

PRESENTACIÓN DE ESTE BLOG

 

CONSTRUYENDOESPIRITUALIDAD

 

Presentación del blog

 

En nuestra cultura occidental cada día son más los hombres y mujeres en los que la religión recibida hace crisis y como consecuencia un sector significativo de hombres y mujeres está en búsqueda espiritual. El presente blog se abre para ellos. Con el doble objetivo de comprensión de la crisis y de búsqueda espiritual, pensando que lo primero ayudará a lo segundo.

 

Interpretando que la espiritualidad que se busca es de realización humana plena, adecuada a nuestros tiempos, la espiritualidad que aquí se va a ofrecer es de plenitud humana, críticamente fundamentada, como se verá, e incluso laica.

 

Con este fin en el blog se irá haciendo una entrega secuencial temática breve, a ritmo de una entrega por quincena, a cuyo contenido lectores y lectoras son invitados a reaccionar, sobre el cual podrán opinar y comentar, y al cual podrán enriquecer y aportar. La idea es que el blog sea un espacio de búsqueda y formación espiritual.

 

La primera treintena de temas podrían llevar por título De la religión a la espiritualidad, porque en efecto tal es la temática que se va abordar en los mismos. Sirva la presente nota como adelanto a los lectores y lectoras que vaya teniendo el blog.


  DE LA RELIGIÓN A LA ESPIRITUALIDAD   Presentación   “De la religión a la espiritualidad”. Así podríamos titular ...